LADY GAGA........
me pica la lengua
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Envuelta en atuendos tipo show de Las Vegas, con el rostro híper-maquillado y su orientación bisexual astutamente divulgada, esta mujer de 23 años pasa por un momento excepcional mientras promociona The Fame, un debut con toneladas de beats contagiosos y ganchos listos para la discoteca.
Tomó la mitad de su nombre prestado de una canción de Queen, y la escena dance de Nueva York la dejó partir de su underground para convertirse en la nueva dama de la radio mundial. Escribió canciones para Pussycat Dolls y Britney Spears, pero fue cuando lanzó su propio disco –con el profético título The Fame– que se devoró al mundo. En exclusiva, Stefani Germanotta se confesó con Shock.
Eso de que “las apariencias engañan” es un enunciado que nos funciona a todos como frase de cajón y a la música pop como una de las únicas verdades absolutas que tiene. Las más recientes aspirantes al cetro de princesa han tenido como referente a Britney, tanto por los pasos ascendentes que dio en su carrera como por los grandes descensos que casi se la hacen perder. Ellas crecieron sabiendo cómo en el mainstream las actitudes tibias pueden enfriar las aguas muy rápido, así que se han puesto al frente de las cosas con una actitud –aparentemente– menos mojigata, que busca ir siempre un paso adelante de la controversia… creándola, claro.
Este es el panorama en el que aparece la sorpresa que le guardaba el underground electrónico neoyorquino al mundo: Stefani Germanotta. Una rubia que decidió hacer de su acto un pastige glam dance en el que el hecho de “ser otra persona cuando canta” es descaradamente obvio y en el que la estética no funciona como accesorio fetiche sino como protagonista del discurso de su alter ego, Lady Gaga.
No es casualidad entonces que uno de sus sencillos más prominentes, Pokerface, aluda al artificio que involucran los juegos de azar (sean los de la música, la política, la sexualidad o los que se quiera), en donde las máscaras son necesarias para engañar a los demás jugadores y que estos jamás se enteren de lo que realmente sucede detrás de ellas.
Envuelta en atuendos tipo show de Las Vegas, con el rostro híper-maquillado y su orientación bisexual astutamente divulgada, esta mujer de 23 años pasa por un momento excepcional mientras promociona The Fame, un debut con toneladas de beats contagiosos y ganchos listos para la discoteca.
En medio de la notoriedad mediática que despierta en el mundo por estos días, Gaga decidió responder las preguntas de Shock. El tiempo nos alcanzó para repasar un poco de historia personal, conocer su opinión sobre Paris Hilton, descubrir ciertos ases bajo la manga y quedarnos con respuestas sinceras... o al menos eso fue lo que nos hizo creer.
M.P.L: ¿Cuáles son sus primeros recuerdos musicales?
Lady Gaga: Mi papá solía poner los álbumes de Pink Floyd, Led Zeppelin, The Beatles, Billy Joel y Elton John todo el tiempo. Recuerdo que en la sala teníamos un tocadiscos en el que, cuando estaba pequeña, me subía para dar vueltas. Tuve una niñez asombrosa y la música fue muy importante en mi familia. Durante la cena escuchábamos desde Andrea Bocelli hasta Frank Sinatra. Mi mamá me hizo aprender piano cuando tenía cuatro años y al principio odiaba las clases. Me gustaba tocar pero de acuerdo con mi oído, porque era más rápido. Yo podía oír algo y empezaba a tocarlo, en cambio leer requería más disciplina. Tenía que aprenderme las notas así que odiaba practicar, pero mi mamá me decía: “No te muevas… te tienes que estar ahí durante una hora, así que puedes practicar tus habilidades o hacer ruido”, y yo hacía ruido. Cuando empecé a tocar, sobre todo cosas clásicas, me hice muy buena muy rápido. Y así soy, si no me puedo hacer muy buena en algo muy rápido, entonces ya no quiero hacerlo más.
¿En qué momento relacionó los clásicos de la música de cámara y los del rock?
Recuerdo que tenía 12 años cuando entré a una boutique en Nueva York cantando una canción de los Backstreet Boys, creo que era I Want it That Way. ¿Qué hacía yo en una tienda luego de clases?, es uno de esos eventos aleatorios. El caso es que el tipo que trabajaba en la tienda me preguntó si era una cantante y yo como que… “no”. Me dijo “tienes una buena voz, deberías llamar a mi tío que enseña técnica vocal”. Pues su tío era Don Lawrence, y cualquiera en el negocio sabe que es el mejor profesor de la industria. No tenía mucho tiempo libre entre Mick Jagger, Bono y Christina Aguilera, pero logré trabajar con él. Se convirtió en mi mentor hasta el día de hoy, me impulsó a componer, así que a los 13 empecé a escribir y componer en el piano. Así me moví de clásico a pop y descubrí que los mismos acordes que usaba Bach estaban en los álbumes de Mariah Carey. Comencé a hacer presentaciones en casas, hice una en mi escuela porque necesitaba un lugar para ensayar, también me iba a sitios a tocar con los estudiantes de último año de los colegios para experimentar la escena musical nocturna en Nueva York. A los 16 hice parte de una banda de covers. Tocábamos Zeppelin, Jefferson Airplane y U2.
Más que un nombre artístico, Lady Gaga parece ser su alter ego, y uno bastante histriónico. ¿Crear el personaje fue tan importante como hacer las canciones?
Cuando era adolescente iba a estudiar en Juilliard, pensé inscribirme en un programa preuniversitario, pero estuve tan nerviosa en las audiciones que al final entré a la escuela de actuación. Eso terminó siendo mejor porque mucho de lo que hago ahora está relacionado con la personificación. Lady Gaga hoy es parte de mí, pero fue un descubrimiento personal hecho a través de la actuación y los recuerdos personales que utilizas para poder interpretar a alguien más. Ciertas posiciones y movimientos de baile que hago se incorporaron a través de este proceso; por ejemplo, soy pésima para el ballet pero fui muy buena para la actuación y el jazz.
No debe ser fácil hacerse a una reputación en la escena dance en Nueva York, ¿cómo fue el proceso?
Yo me inicié en los bares, en donde hay muchos djs, un poco nerds, que aman coleccionar discos. Ahí bailaba y le entregaba mis Cds a todo el que se me cruzaba; luego, cuando ya me di a conocer, fue que trascendí a la escena dance, la cual es maravillosa. Se vive un ambiente excelente.
Tuvo una transformación cuando empezó en los clubes y otra cuando salió del underground. ¿Tenía clara su proyección como artista?
Siento que siempre he sido una artista y que me volví aún más profesional cuando empecé a tocar todo el tiempo en el centro (de Nueva York), pero en realidad fue cuando la disquera me firmó que me hice un poco famosa en la ciudad y trascendí a la escena dance.Por la época en que que me firmaron casi me arrestan en Chicago por usar shorts muy cortos, salí en la revista W, y en la portada de Women’s Wear Daily. Siento que entonces empecé a ser yo misma, provocativa, exhibicionista, alguien que hace cosas para llamar la atención sin pena alguna. Ahí fue cuando me dije: “O.K. sé tú misma y es ahí donde podrás encontrar a la artista”.
En su imaginario aparecen constantemente referenciados los casinos, el dinero y, claro, la fama. ¿Afectó a Lady Gaga que Stefani Germanotta viniera de una familia italo-neoyorquina?
Es quien soy, mi cultura, mi familia, mi sentido de la moda. Estoy inspirada en la música, pero también estoy obsesionada con el estilo de las princesas de la mafia. Como Scarface, que aunque no es un filme italiano creo que captura lo que digo; los casinos, El Padrino, todo hace parte del concepto de mi álbum The Fame, porque para mí eso es lo que significa ser italiana. Se trata de una manera de proclamar tu fama sin necesidad de millones de dólares, poder hacerte alguien cuando empiezas siendo nadie.
Le encanta Madonna, es de suponer entonces que sus influencias en la música están estrechamente relacionadas con la moda.
Es verdad. La artista que ha sido la mayor influencia para mí es Madonna; y también está David Bowie. Claro que los admiro por su música pero, aunque no quiero sonar superficial con lo que digo, aprecio más su trabajo gracias a su parte visual. Sobre todo, la manera en que esto cambia la forma de oír su música. Me mudé a los 18 del East Village al Lower East Side; allí todo el mundo se viste diferente y habla diferente. Soy alguien a quien siempre le gusta experimentar, y ese lugar me daba la posibilidad. Compré mucho cuero y lentejuelas. En ese tiempo era una bailarina GoGo por diversión y empecé a hacer mis propios vestidos porque me resultaba más barato y emocionante. Es una gran influencia en la música porque estoy cantando sobre el estilo de vida; ya no hago música underground, estoy haciendo pop sobre el estilo de vida undergound. Esa puede ser la gran diferencia.
Lower East Side es sin duda un área rockera, ¿pero andando por Nueva York no se le prendió algo de hip hop a su estilo?
No, para nada. Es definitivamente el Lower East Side. Ahí hay algo más de metal y de glam, entonces empecé a tomar elementos de eso que me gustaba, del estilo de la novia del rockero. Ese es el comienzo de mi moda. No era tanto que quisiera ser parte de la banda de rock n’ roll más grande, sino parecer la novia del cantante líder de la banda más grande de rock n’ roll. Así quería verme. Quería ser la chica en camerinos en un concierto de Mötley Crüe, con un vestido de plumas haciéndole el maquillaje a Nikki Sixx. Por otro lado, también estoy obsesionada con Versace, Gucci, Dolce & Gabana, Fendi y Valentino. Las telas deliciosas, los conceptos, las siluetas, la manera en la que puedes cambiar la forma en la que se ve el cuerpo de una mujer, el vudú que hay ahí. Esa es mi vida. Al principio tuve que descubrir cómo hacer para que cinco dólares se vieran como 5 mil, para sentirme como de 5 mil dólares teniendo 5 centavos en el bolsillo… y yo no soy pobre, pero cuando me propuse que quería ser una rockstar me dijeron: “Bueno, ve y hazlo”, así que fue algo que tuve que averiguar por mí misma.
Tituló su disco debut The Fame antes de alcanzar la fama. ¿Estaba bastante segura de conseguirla?
Tú puedes literalmente escoger tener fama, y de eso se trata este álbum. No me importa honestamente lo que la gente piense de él, porque no estoy diciendo que sea bueno o malo, estoy jugándomela con una idea que ha terminado afectando mi vida de la manera más positiva. Si alguien pregunta quién es Lady Gaga, estaría de acuerdo con que respondieran: “Es la más impresionante artista de la estafa con fama”. Yo literalmente engaño todos los días a la gente para que piense que soy alguien que en realidad no soy.
¿Qué otros estafadores famosos podemos mencionar?
Paris Hilton, ella me encanta. Es una niña rica, que no ha hecho nada, pero todo el mundo conoce. ¿Cómo lo logró?, ella tomó esa decisión. Estoy usando un ejemplo como este porque todos saben quién es, pero para mí era ir al centro y darme cuenta que había una clase social muy pequeña, apenas una porción de la sociedad rica que al verlos actuar me hacían preguntarme: ¿quiénes son estos chicos?, ¿quiénes se creen? Así que se trata del valor, lo único que tienes que tener es valor. Eso es lo que me mantiene despierta en las noches, siempre me digo: “¿quién soy yo para hacer lo que hago, por qué me merezco esto?”. Luego recuerdo que soy talentosa y soy muy buena en lo que hago. Lo que intento es tomar la cultura pop, los medios, y usarlos de manera positiva. Volviendo a Paris Hilton, lo que ella hizo fue tomar la fama por la garganta y ahogar al mundo utilizándola, aprovechándose de la obsesión de la gente por las celebridades.
Y ahora que la fama y usted se encontraron gracias a la música, ¿tienen planes de irse a algún otro lado?
Apenas tengo 23 pero ha sido un largo viaje. No lo sé, es gracioso, la gente me pregunta qué quiero ser en 5 años, pero mi meta es estar acá, en este momento, en lo que estamos haciendo en este segundo. En fin, nada diferente a tener una carrera, trabajar en la música y vivirla. Me encanta escribir para otros artistas, trabajar con diferentes productores... Quiero inspirar a otros. El álbum se llama The Fame pero podría llamarse The Inspiration. Por más cursi que suene, simplemente soy yo tratando de inspirar al mundo con una idea. Es una idea… porque resulta que soy buena con la música, pero soy mejor con las ideas.
ATT> El chismografo.
